Este sábado 16 de abril se celebra el Día Mundial del Circo, que se conmemora el tercer sábado del mes en todo el mundo. La fecha, promovida por la Federation Mondiale du Cirque, busca reconocer y promover el valor cultural del circo, por ello, recordamos cómo surgió este espectáculo artístico.
Desde la época antigua ya se tenía registro de actividades que hoy podemos catalogar dentro de los circos, entre ellas, el equilibrismo, la acrobacia o bien el contorsionismo.
Las culturas como la romana, la griega o la egipcia muestran figuras de personas con ese tipo de destrezas. En ese entonces, se les relacionaba con preparativos para eventos religiosos o eran el preámbulo de exhibiciones de guerreros.
El nombre de circo nació en la cultura romana, ellos determinaron este concepto para las actividades de competencias y espectáculos públicos. La Real Academia Española indica que la palabra circo en la antigua Roma, era destinada para el recinto de forma alargada destinado especialmente a competiciones de carros y caballos. Esas culturas decayeron y ese concepto de circo se apagó.
Para la edad del renacimiento, varios artistas comenzaron a destacar haciendo espectáculos de acrobacias en las calles de Europa.
Fue entonces que el nombre de Philip Astley tomó relevancia, muchos lo consideran el padre del circo moderno, dejó la caballería formal y comenzó a montar, pero de pie, esto llamó la atención de muchas personas, daba círculos y mantenía el equilibrio lo que era aplaudido por quienes lo veían. Incluso se ponía de cabeza en el lomo del caballo y así avanzaba. La gente lo admiraba.
En 1768 empezó a dar un espectáculo él solo, tenía talento como domador y entrenador, montaba los lomos de caballos, hacía saltos cruzando los pies en el aire y emocionaba a propios y extraños en su pista circular.
Solo poco tiempo después comenzó a contratar a malabaristas, acróbatas, bailarinas y otros personajes para atraer a más público. También llamó a su evento al payaso, un personaje que ya existía pero que era más asociado con el teatro.
Abrió su escuela de equitación, ahí fueron destacando y perfeccionado proezas. Una vez reunidos los elementos, en 1770 trasladó su espectáculo a un solar, puso una pista circular y tribunas de madera, así nació el primer circo en Londres. Más tarde, en 1782 Astley inauguró el primer circo en París, el circo moderno se había forjado, permaneció no solo en Europa, sino en muchos lugares del mundo.
Casi de inmediato comenzaron a surgir competidores, nuevos circos nacieron y así el concepto llegó a América en el año de 1793 de la mano del jinete inglés John Bill Ricketts. Fue en Filadelfia donde abrió sus puertas.
Otro jinete británico de nombre Philip Lailson también destacó con su circo en Estados Unidos, incluso trajo este espectáculo a México en el año 1802.
Más tarde y debido a la alta demanda de este espectáculo, los circos tuvieron que cambiar su concepto de fijos a itinerantes, así en 1825, un empresario de nombre Joshuah Purdy Brown fue el primero en colocar una tienda de lona, la cual evocaba una especie de castillo, en la década de 1830 se popularizó esta forma de circo que ofrecía acrobacias, animales salvajes domados, personas exóticas, bailarinas, contorsionistas, malabaristas y desde luego payasos.
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