Autoridades mexicanas levantaron el campamento de migrantes que se había instalado junto al puente fronterizo de la ciudad de Reynosa, Tamaulipas hace más de un año y donde se hacinaban dos mil personas, entre ellas cientos de niños.
Según informó el Instituto Nacional de Migración (INM), los migrantes guatemaltecos, salvadoreños, hondureños y haitianos fueron trasladados a un albergue en coordinación con asociaciones religiosas de “forma pacífica y ordenada”.
El campamento era uno de los muchos que proliferaron en los principales cruces de la frontera entre México y Estados Unidos desde el inicio de la pandemia, cuando el expresidente Donald Trump puso en marcha una medida de expulsiones inmediatas de migrantes.
Según el gobierno estadounidense tenía como objetivo evitar la propagación del coronavirus, sin embargo, para los migrantes fue una forma de bloquear el acceso al país. La actual administración de Joe Biden prevé eliminar la medida el próximo 23 de mayo.
Las condiciones de vida en el campamento eran malas: familias enteras dormían en carpas o bajo plásticos, todos hacinados bajo el sol o la lluvia, con pocas medidas higiénicas y en plena pandemia.
Tanto las autoridades como los albergues de la zona llevaban meses intentando sacar a los migrantes de ese sitio, ya que estaban sujetos al acoso de traficantes.
Pero ellos no querían por miedo a que trasladarlos implicara que fueran devueltos a sus países, ya que la mayoría están en México en situación irregular, muchos después de haber intentado cruzar ilegalmente a Estados Unidos y haber sido devueltos.
Según el INM en el nuevo albergue serán atendidos por las autoridades y organizaciones religiosas.