Es una realidad que los países con economías emergentes ocupan los primeros puestos en cuanto a la adopción de criptoactivos.
El potencial de las plataformas de pago digitales se ve aumentado por la escasez, en estos países, de accesibilidad a los servicios bancarios ya que no es necesaria, para utilizarlas, una cuenta bancaria que promueva la inserción financiera. Sumado a una insuficiente infraestructura en transporte y comunicación, se forma la combinación perfecta para poner en valor las ventajas que ofrecen los pagos digitales.
Protección frente a la devaluación VS inversión
Difiere mucho la motivación para hacerse con una cartera cripto según la parte del mundo en que nos situemos.
Así, los países emergentes se ven motivados a recurrir a las criptomonedas para proteger su capital frente a la devaluación de sus monedas (aunque muchos analistas siempre han defendido que las criptomonedas son más activos de alto riesgo que refugio, lo que defienden debido a su alta volatilidad), efectuar transacciones comerciales o para recibir remesas del extranjero o enviarlas. Concretamente en Latinoamérica, la adopción de las monedas virtuales está íntimamente relacionada con la devaluación de las monedas nacionales.
Sin embargo, en los países de Europa, Asia o América del Norte, las razones que impulsan a la adopción cripto están más relacionadas con la inversión institucional.
Aunque el precio de Bitcoin ha experimentado una notable caída desde sus máximos históricos sigue siendo la más valorada y adoptada, especialmente como depósito de valor.
El caso de El Salvador
En septiembre de 2021, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, declaró a Bitcoin como moneda de curso legal. Fue el primer país en hacerlo.
Según explicaba el gobierno salvadoreño entonces, el objetivo de esta decisión era ampliar las oportunidades de negocio, reducir los costes y atraer turistas.
Bukele apostó todo a este proyecto desarrollando incluso su propia billetera electrónica, Chivo Wallet.
No obstante, a lo largo de este tiempo, la situación en El Salvador se ha ido complicando y se vaticina un empeoramiento para el 2023.
El Gobierno desarrolló planes como los bonos volcán o la ‘Bitcoin City’ que no han obtenido el éxito esperado. Esto, unido a la gran caída de la cotización de la criptomoneda, ha tenido como consecuencia la caída de su deuda soberana, hundiendo sus bonos cerca de un 30%, lo que delata la percepción de los mercados como una deuda de alto riesgo y posible impago.
Panamá acepta Bitcoin, pero evita los errores de El Salvador
Panamá ha sido el último en aprobar un proyecto de ley para regular y dotar de estabilidad jurídica a Bitcoin como medio de pago, además de otras cripto como Ether (ETH), XRP, Litecoin (LTC), XDC Network (XDC), IOTA, Elrond (EGLD), Algorand (ALGO) o Stellar (XLM). Pero, a diferencia de El Salvador, los ciudadanos panameños no están en la obligación de utilizarlas si no lo desean.
No se trata de adherirlas como monedas de curso legal, sino que se podrán utilizar como medio de pago siempre que ambas partes así lo acuerden. Además, tanto empresas como ciudadanos tendrán la opción de tributar los impuestos con criptoactivos.
A juicio de algunos analistas, esta decisión resulta interesante, pues estaría más acorde con la filosofía de Bitcoin que en el caso de El Salvador y podría promover su adopción. Aun así, antes de su aprobación la decisión seguirá sujeta a nuevos procesos de debate.
Pero además, otro de los puntos de la ley cripto a tener en cuenta es la integración de la blockchain en el sector público, lo que dará un gran impulso a la transparencia y a la transformación digital.
Lo cierto es que las economías más asentadas no están adoptando Bitcoin como medio de pago, lo que llama la atención de algunos analistas que lo justifican razonando que es en los países donde se sufren la hiperinflación, la debilidad de la moneda nacional o la volatilidad, donde la población busca alternativas con las que protegerse. En países con economías débiles y sin acceso a cuentas bancarias.
Aunque es pronto para saber cómo evolucionará el caso de Panamá, algunos expertos afirman que puede resultar una apuesta interesante desde el punto de vista de un mercado de criptomonedas cada vez mayor y más popular. Si Panamá se convierte en un punto clave de Bitcoin, no cabe duda de que se convertiría en un destino atractivo para inversores y empresas que podría favorecer la economía del país.
Lo que sin lugar a dudas ha quedado en evidencia es la importancia, cada vez mayor, que las criptomonedas están adquiriendo a nivel global.