Ningún lugar me ha impuesto tanto como el Amazonas. En mi mente siempre visualicé que este destino únicamente le pertenecía a expedicionarios heroicos que protagonizan películas de aventura. Me preguntaba: ¿habrá en realidad anacondas gigantes y pirañas que te pueden atacar? ¿los árboles serán tan inmensos como los describen los libros? ¿las tarántulas tendrán el tamaño de la palma de una mano?
La preparación del viaje para ir al Amazonas es clave. Planifiqué esta expedición tomando en cuenta ciertas consideraciones. La primera fue la inoculación con la vacuna contra la fiebre amarilla, que a pesar de ser recomendada y no obligatoria, es preventiva y da mayor tranquilidad al viajero que una vez en el destino se expone a tantos mosquitos. Por otro lado, presté atención en lo que empaqué: camisas de manga larga y pantalones ligeros para caminatas, repelente de mosquitos, botas de trekking o hiking de caña media, chaqueta rompevientos e impermeable, lámpara con adaptación para la cabeza, sombrero ligero, baterías recargables, termo y mochila para trekking. No recomiendo viajar con maleta porque resulta incómoda para los traslados.
¿Cómo llegar al Amazonas?
El río Amazonas es el más caudaloso del planeta, tiene una longitud aproximada de 7.020 kilómetros y posee la cuenca hidrográfica más grande de la Tierra, que atraviesa nueve países (Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Guyana Francesa y Surinam). Así que el primer paso es elegir la nación que se visitará. He explorado la Amazonía colombiana y la peruana, y puedo decir que ambas tienen una belleza indiscutible.
Para viajar a la selva amazónica de Colombia es necesario tomar un vuelo desde la ciudad de Bogotá a Leticia, ubicada en el sur del país, es la entrada a este mundo paralelo. En lo que concierne a Perú, una buena opción es volar de Lima a Iquitos, uno de los puertos con mejor acceso a la selva.
Las primeras impresiones
Mis días comenzaron aterrizando en Leticia para explorar la Amazonía colombiana. Después de sortear una lluvia torrencial, subí a una embarcación que navegó por varios minutos. No olvidaré el momento en el que mi guía dijo con voz de júbilo: “¡Oficialmente, estamos en el río Amazonas!”. Tengo que confesar que me sentí Indiana Jones.
La segunda sorpresa fue llegar a Kurupira, un complejo de cabañas flotantes sostenidas por troncos llamados catahuas que crecen en la selva baja. En el Amazonas hay distintos tipos de alojamiento; como lodges, palafitos, albergues y construcciones en medio de la selva. En la Amazonía colombiana dormí en más de un sitio, pero mi favorito fue Calanoa, un hotel boutique con cabañas construidas a la altura de la copa de los árboles.
Recuento de las mejores actividades
A pesar de que un viaje al Amazonas ya está al alcance de casi cualquier tipo de turista, la magia que envuelve su identidad salvaje permite vivir una aventura fuera de serie. En todo momento, el viajero está expuesto a algo desconocido. Estas son algunas experiencias imperdibles.
- Caminatas por la selva de día y noche. Guiada por un nativo amazónico, recorrí distintos senderos. Encontramos búhos, monos, ranas gigantes, hormigas bala, insectos que en mi vida había visto, lagartos, tapires e incluso la sombra de un perro del monte que en segundos se escabulló. Confirmé que las tarántulas son más grandes que la palma de una mano y que la altura de los árboles supera cualquier expectativa, ¡hay algunos que sobrepasan los 80 metros!
- Navegación por el río. Los días en esta región consisten en embarcarse por el Amazonas para visitar pueblos ribereños, aldeas indígenas y reservas naturales. Una gran expedición es el avistamiento de delfines rosados. Aunque no tuve la suerte de encontrarlos, el solo hecho de saberme en su búsqueda fue emocionante.
- Aprendizaje de las tribus indígenas. El Amazonas está conformado por departamentos habitados por indígenas. Sobre el río dominan tres pueblos grandes: los Cocamas, los Yaguas y Ticunas, siendo esta última población la más grande sobre la cuenta amazónica. Aunque aún existen tribus que no tienen contacto con el exterior, hay otras con mayor influencia del mundo moderno que viven en zonas urbanizadas. En Perú, por ejemplo, visité la recreación de una aldea de Yaguas. Vestidos con sus trajes típicos, hicieron algunas danzas, me enseñaron a usar la cerbatana (un arma rústica con la que antiguamente cazaban animales de la selva) y me ofrecieron ponerme su atuendo tradicional.
- Visitas a refugios de animales. Esta región tiene un serio problema de tráfico de animales, así que es común encontrar fundaciones como Maikuchiga, ubicada en las profundidades de la selva colombiana. Esta organización está dedicada al resguardo y conservación de micos. El objetivo es readaptarlos progresivamente a la selva. Convivir con los monos es divertido y enternecedor.
- Observar de cerca una piraña. ¿Qué tan peligroso es nadar en las aguas del Amazonas? Por inaudito que parezca, y según los nativos, no supone un riesgo. Existen muchos animales con mala fama como las pirañas, pero no es común que ataquen. Para verlas, hay excursiones que te llevan a ciertas áreas del río para que las pesques. Hablando de anacondas, hay una variación de esta especie, pero las que aseguran que sobrepasan los 10 metros de largo se han quedado entre mitos y leyendas.
¿Cuál es la mejor temporada para ir al Amazonas?
El clima del Amazonas es cálido y presenta mucha humedad la mayor parte del año. De noviembre a marzo es época de lluvia, pero esto más allá de complicar el viaje le inyecta también adrenalina. En febrero las embarcaciones navegan alcanzando la copa de los árboles. De julio a octubre hay pocas precipitaciones y para muchos turistas resulta ser la mejor temporada.
Opciones prácticas para planear este viaje
Considero que pasar seis días y cinco noches en este destino es lo ideal. Como cualquier viaje, puedes organizarlo por tu cuenta o contratar alguna agencia que haga toda la planificación. Esto último resulta más sencillo porque solucionan todo el itinerario: vuelos, hospedaje, comida y excursiones. Para explorar la Amazonía colombiana existen varias agencia especializadas como Siempre Colombia Travel, que tiene paquetes por seis días con todo incluido desde 590 dólares (unos 580 eruos). En Perú es recomendable Explorama, una compañía que igualmente ofrece expediciones todo incluido a buen precio.
La majestuosidad del Amazonas superó mis expectativas y con conocimiento de causa me hizo reafirmar por qué los viajeros lo tienen en un estándar tan alto. Sin duda, es una tierra de paciencia, misticismo y espiritualidad que me permitió vivir una hazaña transformadora.
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