El viernes pasado finalizó la Reunión de Administradores de Programas Antárticos Latinoamericanos (RAPAL) en la capital de Ecuador, Quito. El encuentro tuvo como objetivo reforzar los lazos latinoamericano en el lugar mas austral y frio del planeta. En una entrevista exclusiva con Página/12, la directora del Instituto Antártico Argentino, Patricia Ortúzar, explica la importancia de la reunión respecto de la cooperación entre los países de Latinoamérica. “Se hace un intercambio sobre las campañas que concluyeron el año anterior y la siguiente campaña. El objeto de ese intercambio es también propiciar coordinación entre los países latinoamericanos, que existe y es mucha. Esa cooperación se da tanto en el plano de la ciencia como del apoyo logístico”, afirma Ortúzar.
Por otro parte, la geógrafa polar resalta la importancia de una unificación de propuestas a nivel regional, frente a futuros foros del Tratado Antártico que incluyan a los demás países del globo que tienen voz respecto a esta parte del mundo. “Esto nos permite consolidar y acercar posiciones a nivel regional, para que, como Latinoamérica, tengamos identificadas cuáles son nuestras posiciones comunes como región con respecto a determinadas líneas o debates en curso dentro del Tratado Antártico”, señala Ortúzar.
“Estas reuniones potencian esa colaboración porque hay mucha diferencia en desarrollo de distintos programas latinoamericanos. El programa antártico de Argentina tiene 118 años y cuenta en total, con siete bases permanentes y seis bases de verano, además de medio navales y aéreos” explica Ortúzar el contexto donde se existen diferencias entre programas tanto latinoamericanos como de otras partes del mundo en la Antártida. “Hay programas antárticos que tienen un despliegue mucho más limitado. Entonces, lo que se busca es estrechar estos lazos de cooperación para que estos países también puedan incorporarse y desarrollar proyectos científicos y tener también un crecimiento dentro de su rol en el sistema del Tratado Antártico” agrega.
El Tratado Antártico fue firmado en el año 1959 en la capital estadounidense, Washington, con el objetivo de asegurar la libertad de investigación científica y la promoción de la cooperación internacional con fines científicos en la Antártida y para asegurar que el continente más austral del mundo tuviera usos exclusivamente pacíficos. El Tratado fue firmado por Argentina, Bélgica, Australia, Estados Unidos, Chile, Francia, Reino Unido, Nueva Zelanda, Japón, Noruega, Sudáfrica y la entonces Unión Soviética.
Una Antártida más Latinoamericana
En este contexto de cooperación latinoamericana, Ortúzar cuenta que se agregaron tres países en calidad de observadores a la RAPAL, ellos son Venezuela, Colombia y Costa Rica, de manera muy reciente. Estos tres países, tienen categoría de adherentes al Tratado Antártico, eso les brinda la posibilidad de presentar documentos con información, pero no les permite presentar propuestas, es decir, tienen voz, pero no voto.
La geógrafa resalta la importancia de este tipo de países que se suman en calidad de observadores ya que permite realizar investigaciones u operaciones logísticas en conjunto. “Con Colombia, por ejemplo, tuvimos el año pasado tres proyectos en cooperación en dos de nuestras bases antárticas, en Base Marambio y Base Decepción. Para nosotros no es un impedimento cooperar, es más, se busca cooperar incluso con observadores o con países que no son miembro pleno o consultivo del tratado antártico porque queremos generar este fortalecimiento latinoamericano”, resalta Ortúzar.
La agenda de la RAPAL
Según la geógrafa, si bien hay temas que se repiten todos los años en la reunión, hubo dos temas novedosos, respecto a la contaminación por plásticos y la cuestión de género en la Antártida. “Este año varias delegaciones comentamos cuales son nuestras iniciativas y avances en cuestiones de género en la Antártida que, históricamente, fue un ambiente masculino. A lo largo de los años, se notó mucho más en las ciencias la paridad de género, pero hace muy poco se empezó a incorporar mujeres en la parte logística”, estableció la directora.
El otro tema urgente, es la contaminación generada por plásticos en los territorios y mares antárticos. Según Ortúzar, es un tema presente en todos los foros antárticos y que era inevitable que se trate en la RAPAL. La especialista resaltó la intenciones que tienen de cooperar para encabezar iniciativas que traten de minimizar la contaminación por plásticos.
Plásticos en los mares
La directora del Instituto Antártico Argentino establece que se encuentran dos focos de contaminación, uno de ellos es generado por las bases, y el otro proviene de otras partes del mundo. “Lo que se está estudiando es que hay micro plásticos que ya se están detectando en la Antártida pero que fueron generados en otras latitudes y que las corrientes oceánicas terminan llevándolos hacia la Antártida. Esos micro plásticos después se incorporan en la cadena alimenticia, sobre todo de la fauna marina”, remarca la geógrafa.
Mas allá de que la presencia no se vea a simple vista, la estudiosa remarca la importancia de tomar iniciativas que paren esta situación. “Lo que se está detectando de micro plásticos es a través de análisis. Sin embargo, no deja de ser una problemática importante. Porque, se está empezando a estudiar ahora, pero evidentemente eso va a continuar y cada vez va a haber más arribo de este tipo de micro plásticos a la Antártida por semejante cantidad de contaminación a nivel mundial” explica Ortúzar.
En cuanto al otro foco de contaminación, el generado por las bases, la directora explica que, a comparación de los generados mundialmente son pocos, aunque hay varias iniciativas que se están gestando para evitarlo. “A nivel local, hay mucho que se puede hacer, pero eso tiene que estar acompañado de una normativa que apoye o que facilite esa transición. Por ejemplo, una de las cosas que ya limitamos, porque surgió también de una resolución del Tratado Antártico, es que el personal que va a la Antártida, ya no puede trasladar productos cosméticos con micro plásticos”, remarca.
Por otro lado, resalta la importancia de compromiso de todas las partes en reducir la cantidad de plásticos que se llevan al sexto continente. “Lo que significa un camino no solo para la Argentina sino para todos los países involucrados es, empezar a reducir el contenido de plástico de la carga que se lleva o tener una política más activa de, por ejemplo, lo que se llaman compras públicas sustentables”, dice. Ortúzar se refiere a que, en las instancias de licitaciones, se opte por productos que tengan menor cantidad de plástico en sus presentaciones.
La RAPAL fue idea argentina
“Esta es la reunión número 33 de la RAPAL y surge por idea de Argentina. El General y explorador, Jorge Edgardo Leal, fue quien tuvo la idea de generar esta reunión latinoamericana quien fue, además, director nacional del Antártico y conductor de la Operación 90 de la Antártida”, dice Ortúzar. La Operación 90 fue realizada en 1965, bajo el gobierno de Arturo Illia, y tuvo el objetivo de llevar a cabo una expedición al polo sur de la Antártida. La operación fue llamada de esa manera por los 90 grados sur de latitud que tiene el polo sur. “Estamos orgullosos de que 33 años después, una iniciativa argentina hoy todavía siga funcionando y dando frutos”.
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