El bitcoin cumple un año como moneda de curso de El Salvador, una apuesta encabezada por el presidente salvadoreño Nayib Bukele con el objetivo de atraer inversión extranjera pero que, sin embargo, ha sufrido una devaluación superior al 50% durante el periodo de referencia, lo que ha sembrado las dudas y el rechazo de organizaciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Bukele defendía entonces la medida para lograr una reducción de los costes en envíos de remesas para millones de salvadoreños trabajando en el extranjero o, incluso, una oportunidad para proteger a las economías en desarrollo de posibles impactos en la inflación.
El mandatario cifraba en 400 millones de dólares el ahorro en comisiones para los salvadoreños por la recepción de remesas desde fuera del país. Asimismo, cifraba en 600 mil millones de dólares el mercado que giraba en torno a la criptodivisa, lo que era sinónimo de oportunidades de inversión hacia el país centroamericano.
Para promocionar la moneda digital, el Gobierno anunció el lanzamiento de la cartera digital ‘Chivo’, sinónimo de ‘cool’ en el país centroamericano. De hecho, para fomentar el uso de la criptomoneda entre los salvadoreños, la Administración de Bukele ofreció 30 dólares en bitcoin a cualquier ciudadano que se abriera una cuenta en la plataforma.
Además, el Ejecutivo instaló cientos de cajeros automáticos de bitcoin para convertir la moneda digital en dólares estadounidenses y poder retirarlos en efectivo.
Las medidas de impulso en torno a la criptomoneda no se quedaron solamente en Chivo, ya que el presidente Bukele anunció en noviembre del año pasado la creación de la ‘Bitcoin City’, una ciudad cuyo único impuesto sería un IVA del 10% para financiar los servicios de esta y las tareas de construcción.
La urbe funcionaría con energía renovable impulsada por el volcán Conchagua, según Nayib Bukele, y sería financiada inicialmente por bonos bitcoin, lo que en opinión del presidente suponía una clara apuesta por la tecnología.
A estas iniciativas se sumaron los planes de emitir los primeros bonos soberanos en bitcoin del mundo para este 2022.
Pese al entusiasmo del Gobierno por esta medida, el FMI ha avisado en reiteradas ocasiones de los riesgos asociados a la misma y su impacto en la integridad y estabilidad financiera del país, llegando incluso a recomendar eliminar la criptomoneda como divisa oficial.
El FMI ha incidido varias veces en el peligro que implica considerar la criptomoneda como una divisa oficial para la integridad del mercado y la protección al consumidor, además de poder ocasionar pasivos fiscales contingentes.
A esto se suma la racha bajista que ha afrontado la criptodivisa durante los últimos meses, que el pasado martes cotizaba por debajo de los 20 mil dólares, muy lejos del entorno de los 44 mil dólares a los que cotizaba cuando el país hizo oficial a la criptomoneda.
A los avisos del FMI se han sumado otras alertas por parte de las agencias crediticias. En junio, S&P Global Ratings rebajó la nota crediticia soberana de El Salvador a corto plazo desde ‘B’ hasta ‘C’, con perspectiva ‘negativa’, como consecuencia de las vulnerabilidades en la deuda externa y financieras del país.
El Gobierno tiene vencimientos de deuda por valor de unos 800 millones de dólares en enero del año 2023.
Las advertencias sobre la situación financiera del país se añaden a las de otras agencias como Moody’s, que también rebajó el rating del país hasta ‘Caa3’, con perspectiva ‘negativa’, acusando un mayor riesgo de impago o ‘default’ en los vencimientos de principios de 2023.
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