El triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva en las elecciones del domingo en Brasil puso al país sudamericano en camino a una marcada transformación que promete influenciar la relaciones diplomáticas en el hemisferio y retomar conexiones que bajo el mandato de Jair Bolsonaro se habían interrumpido, según expertos.
“Bolsonaro era un paria en América Latina. Bajo su gobierno, Brasil tuvo una relación limitada con el resto de Latinoamérica”, aseguró Michael Shifter, miembro de la organización Diálogo Interamericano y profesor adjunto de la Universidad de Georgetown. “Con Lula, eso cambiará drásticamente. Todos los demás gobiernos de la región dan la bienvenida a su victoria. Lula intentará reafirmar el papel regional de Brasil”.
Según el experto en asuntos occidentales, el contexto de dichas relaciones “será más difícil que cuando Lula fue presidente de 2003 a 2011”. Esto por las severas condiciones económicas, sociales y políticas actuales en todos los países, incluido Brasil.
El líder izquierdista se alzó con 50,9% de los votos, sobre los 49,1% alcanzados por el actual presidente de derecha. Entrado el lunes, aún Bolsonaro no había reconocido el resultado electoral y su silencio hacía contraste con las expresiones de Lula da Silva, quien ya dijo: “intentaron enterrarme vivo y ahora estoy aquí para gobernar el país”.
“Los desafíos de Lula son formidables. Lula tendrá que avanzar hacia la unión de un país aguda y amargamente dividido, con muchas cicatrices después de una campaña brutal y desagradable. La reputación de Lula como mago político será puesta a prueba. También tendrá que lidiar con la alta inflación y el desempleo y reducir la pobreza en Brasil, manteniendo la disciplina fiscal”, dijo Shifter.
Además, señaló que uno de los mayores retos de Lula será lidiar con un Congreso en el que el Partido Liberal de Bolsonaro es dominante. “Bolsonaro puede haber perdido por poco, pero el bolsonarismo persiste como un movimiento de derecha, con mucha representación a nivel estatal y local”, agregó.
La victoria de Lula, de 77 años, representa la primera ocasión desde que Brasil regresó a la democracia, en 1985, que el presidente no logra la reelección pese a haberse postulado. La ceremonia de inauguración de su presidencia se llevará a cabo el 1 de enero, como es tradición.
En su discurso de victoria, el presidente electo invitó a la cooperación internacional para preservar la selva amazónica y dijo que buscará un comercio global justo, en lugar de acuerdos comerciales que “condenen a nuestro país a ser un eterno exportador de materias primas”.
Marcelo Madeiros, profesor invitado de asuntos internacionales y públicos en la Universidad de Columbia, coincidió en que se puede esperar que con la llegada de Lula da Silva, las relaciones con América Latina mejoren.
“Bajo el presidente Lula, Brasil tuvo una historia de excelentes relaciones diplomáticas con todos los países americanos, incluido EEUU, independientemente de las ideologías políticas de sus presidentes”, dijo.
Madeiros destacó que, si bien Lula “es un político hábil y formó una gran coalición”, aún es “demasiado pronto para hacer pronósticos”. “El escenario es impredecible”.
Reacción positiva entre los líderes de la región
El cambio en las relaciones de Brasil con América Latina se comenzó a palpar con la lluvia de felicitaciones que recibió Lula da Silva de dirigentes del continente. El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador reaccionó afirmando que habría “igualdad y humanismo”.
Su homólogo argentino, Alberto Fernández dijo que su “victoria abre un nuevo tiempo para la historia de América Latina”.
“Celebramos la victoria del pueblo brasileño”, escribió en su cuenta de Twitter el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Mientras que el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, apunto que los países seguirán “fortaleciendo la amistas y cooperación”.
El presidente de EEUU, Joe Biden, también extendió su felicitación y aseguró que espera “trabajar juntos para continuar la cooperación entre nuestros dos países en los próximos meses y años”.
Por su parte, el senador Tom Kaine, presidente del subcomité para asuntos del hemisferio occidental, dijo el lunes que co-patrocinó una resolución del Senado que pide la aceptación del resultado electoral “porque el presidente Bolsonaro había sugerido que impugnaría los resultados si perdía”.
“No tengo una relación con el presidente Bolsonaro para darle consejos, pero me alegra que EEUU reconozca la victoria de Lula e insto a Bolsonaro a que no se una a las filas de los aspirantes a autoritarios para cuestionar los resultados electorales”, concluyó Kaine.
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