La recuperación económica poscovid 19 ha terminado y ahora, América Latina nada a contracorriente. Este año, los países de la región sentirán la caída del consumo en las dos economías más grandes del mundo, Estados Unidos y China, por lo que el crecimiendo se desacelerará, ha dicho este martes el Banco Mundial. La región crecerá 1,3% este año y 2,4% en 2024.
“Esta desaceleración refleja tanto los esfuerzos de las autoridades monetarias por controlar la inflación como los efectos secundarios de un panorama mundial poco auspicioso”, han señalado los especialistas de la multilateral en su reporte de perspectivas globales. “Se prevé que con el crecimiento algo lento de Estados Unidos y China se reduzca la demanda de exportaciones, mientras que el aumento de las tasas de interés estadounidenses probablemente impliquen que las condiciones financieras seguirán siendo restrictivas”, agrega el texto.
“Las proyecciones indican que la lentitud del crecimiento mundial incidirá en los precios de los productos básicos, lo que debilitará la relación de intercambio de América del Sur. Según las previsiones, la inversión regional disminuirá este año como consecuencia del aumento de los costos del financiamiento, la escasa confianza empresarial y la fuerte incertidumbre normativa”, asegura la multilateral. En las economías más grandes de la región, Brasil, México y Argentina, el Banco Mundial espera que el PIB crezca menos que este año. En Chile, la multilateral estima una contracción de 0,9% del PIB este año.
En Perú, uno de los países con un mayor crecimiento en promedio en la última década, la economía sufrirá el impacto de la inestabilidad política que atraviesa el país desde que su expresidente, Pedro Castillo, fracasara en un intento de autogolpe. “La fuerte incertidumbre normativa y la disminución de los precios de los metales frenarán el crecimiento, que se proyecta en un 2,6 % para 2023″, dice el banco sobre Perú.
La multilateral prevé que el crecimiento en América Central caiga al 3,2 % en 2023, “a medida que la desaceleración de la economía estadounidense reduzca las exportaciones y el ingreso de remesas. Por otro lado, en el Caribe se espera una expansión más firme, del 5,6 %, pero esto será reflejo en parte de una recuperación largamente demorada tras la recesión provocada por la pandemia”, dice el reporte.
Después de años de luchar en contra de choques inflacionarios externos, derivados de la disrupción de cadenas de suministro en Asia y los estímulos económicos en países desarrollados, 2023 será un año en que los bancos centrales de la región luchen en contra de inflación interna. Esta podría ser más persistente de lo previsto, dice el banco, por lo que es posible que algunos bancos centrales en la región continúen subiendo tasas de interés, lo que pudiera frenar la actividad económica.
“En términos más generales, las proyecciones indican un estancamiento de los niveles de vida en la primera mitad del decenio de 2020, con un crecimiento promedio del PIB per cápita del 0,6 % anual entre 2020 y 2024. Esto podría dificultar la lucha contra una amplia gama de problemas sociales y agravar los obstáculos que impiden un desarrollo sostenido e inclusivo en América Latina y el Caribe”, dice el Banco Mundial.
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