La directora regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Claudia Coenjaerts, dijo que el problema más urgente para la región es el de la calidad del empleo y los insuficientes ingresos.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtió este martes en su último informe que América Latina y el Caribe enfrenta para 2023 un mercado laboral “altamente complejo y cargado de incertidumbre” a causa de una conjunción de múltiples crisis que impactan los mercados de trabajo de la región.
“En este momento es urgente la implementación y fortalecimiento de diferentes tipos de políticas que contribuyan a la creación de empleo formal y al sostenimiento de los ingresos laborales”, destacó la directora regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Claudia Coenjaerts, en la presentación del informe anual Panorama Laboral.
La organización detalló que la tasa de desocupación se redujo en 2022 a 7.2%, cifra “significativamente menor” que la de 2019, antes de la crisis provocada por la pandemia de Covid-19, cuando registró un nivel de 8%.
El informe destaca que la recuperación del empleo en 2022 fue más intensa entre mujeres que entre hombres, y entre jóvenes más que entre los adultos.
En ambos casos se trata de grupos que habían sido especialmente impactados en la crisis laboral de la pandemia, pero advierte que las brechas estructurales por género y por edad siguen presentes en los mercados laborales.
Coenjaerts señaló que la baja de la desocupación “es una noticia positiva en especial tras la crisis de grandes dimensiones que provocó la pandemia”, pero dijo que este año esos progresos podrían estancarse.
“El escaso dinamismo de la economía pronosticado para 2023 afectará negativamente la generación de nuevos empleos y eso hará que en 2023 la desocupación registre variaciones”, llegando a niveles de entre 7.2 y 7.5%.
FALTA DE TABAJO DE CALIDAD
El Panorama Laboral destaca que la región es afectada “por la conjunción de múltiples crisis a nivel global, como la persistencia de la pandemia o la guerra entre Rusia y Ucrania, y al mismo tiempo enfrenta la perspectiva de un crecimiento económico bajo, las secuelas de una elevada inflación, limitado espacio fiscal y altos niveles de endeudamiento”.
Esto plantea “un escenario complejo e incierto”, dice el informe, que se elabora anualmente desde hace 30 años.
Coenjaerts explicó que en este escenario económico, “el problema laboral más urgente para la región es el de la calidad del empleo y los insuficientes ingresos laborales y totales generados por los trabajadores y sus familias”.
El informe destaca que la tasa de informalidad regional ya llegó a 50%, como era antes de la pandemia, aunque en algunos países es mucho mayor.
“La realidad es que una de cada dos personas trabajan en la informalidad, que suele estar acompañada de inestabilidad laboral, bajos ingresos, sin protección social”, dijo Coenjaerts.
La Directora Regional explicó que según estimaciones de OIT “los trabajadores informales tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de ser pobres que los trabajadores formales, a la vez que explican entre 70 y 90% de la pobreza laboral total”.
Además, el informe advierte que los ingresos reales de personas trabajadoras en la región están siendo afectados por una tasa de inflación regional que se habría ubicado por encima del 8% en 2022 y que causó una pérdida del poder adquisitivo de los salarios medios y los salarios mínimos.
Para enfrentar esta situación “son necesarias las políticas de sostenimiento y creación de más y mejores empleos, especialmente de empleos formales”, añadió.
El informe de OIT plantea que también se requiere de políticas para ofrecer garantías de ingresos para quienes están más afectados por la pérdida del poder adquisitivo, en lo posible en vinculación con políticas activas para acceder al mercado laboral.
“Si queremos avanzar hacía una región con mayor justicia social y menor desigualdad, será necesario adoptar medidas contundentes para generar más y mejores empleos”, concluyó Coenjaerts.