Un adolescente de 17 años, identificado como Ángel Eduardo Maradiaga Espinoza, murió el 10 de mayo en un refugio para menores no acompañados en Safety Harbor, Florida, mientras estaba bajo custodia de las autoridades de Estados Unidos. El joven originario de Honduras llegó al país sin padres o tutor.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) del país norteamericano confirmó la muerte del menor en un comunicado, en el que se expresó el dolor por la “trágica pérdida” y se brindó apoyo a la familia, con la que se dijo estar en contacto. Sin embargo, no se proporcionaron más detalles sobre las circunstancias del fallecimiento.
El HHS también informó que la División de Salud para Niños No Acompañados (DHUC) de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR) está revisando todos los detalles clínicos del caso, y que se lleva a cabo una investigación por parte de un médico forense. No obstante, por motivos de privacidad y seguridad, la agencia federal no puede compartir más información.
Según datos del HHS, en esta semana un total de 8,681 menores no acompañados estaban bajo el cuidado de esa agencia, quienes pasan un promedio de 29 días bajo su custodia. La mayoría de los menores remitidos a ORR durante el último año, en concreto el 72 por ciento, tenían más de 14 años.
La Casa Blanca también se pronunció sobre el suceso a través de su portavoz, Karine Jean-Pierre, quien señaló que se trata de una noticia “muy triste” y que el gobierno es consciente “de la trágica pérdida”. Jean-Pierre apuntó que cualquier pregunta específica sobre el suceso debe dirigirse al HHS.
La muerte del adolescente se produce después del fin en Estados Unidos del Título 42, una medida que inició el expresidente Donald Trump y continuó el presidente Joe Biden para expulsar de inmediato a migrantes con el argumento de la pandemia de la COVID-19. Una declaración de emergencia que ya terminó en ese país.
Ante el panorama migratorio en Estados Unidos, grupos civiles y proinmigrantes presentaron una demanda federal en una corte de California contra el Gobierno de Biden por las nuevas restricciones impuestas a solicitantes de asilo. El caso de Ángel Eduardo Maradiaga Espinoza pone en evidencia las difíciles condiciones que enfrentan los menores migrantes que llegan a Estados Unidos sin compañía de un adulto.