as cuentas bancarias de las nueve diócesis de Nicaragua han sido congeladas por orden del régimen de Daniel Ortega, según confirmaron fuentes eclesiales a medios locales y al periódico El País.
En esta misma semana, en la que se ha informado sobre la detención de al menos tres sacerdotes por parte de las autoridades, el Gobierno ha asestado otro golpe a la Iglesia Católica.
Según los medios locales, todas las parroquias se han visto privadas de fondos y no pueden acceder a sus cuentas bancarias.
La Arquidiócesis de Managua ha tenido una cuenta madre congelada, informó La Prensa de Nicaragua.
La abogada e investigadora Martha Patricia Molina, autora de un estudio titulado “Nicaragua, una iglesia perseguida”, manifestó a El País: “Congelar las cuentas es un grave golpe para la iglesia, porque también tiene compromisos que pagar”.
Ortega ha acusado a la Iglesia católica de respaldar la revuelta social de 2018, que su Gobierno calificó como un fallido golpe de Estado.
En marzo de 2022, el régimen expulsó del país al nuncio apostólico Waldemar Sommertag, y un año después anunció la suspensión de relaciones con el Vaticano y el cierre de las respectivas misiones diplomáticas, días después de que el Papa Francisco calificara a su Gobierno de “dictadura grosera”.
Como parte de su enfrentamiento con la Iglesia católica, Ortega mantiene en prisión al Obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, quien fue condenado a 26 años y cuatro meses de cárcel por negarse a ser deportado a Estados Unidos junto con 222 opositores excarcelados y desterrados el 9 de febrero.
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