América Latina y México enfrentan una recesión democrática, según el informe Latinobarómetro 2023. La región ha experimentado un descenso en el apoyo a la democracia, una caída en el desempeño gubernamental y una debilidad en las élites políticas. Esto preocupa debido a que puede abrir la puerta al populismo y a regímenes autoritarios en la región.
El informe destaca que el apoyo a la democracia es bajo entre la población, lo que lleva a una mayor indiferencia hacia el tipo de régimen político e incluso a preferir actitudes autoritarias. También se ha observado una disminución en la satisfacción con los gobiernos, lo que aumenta el descontento hacia la clase política.
Una característica preocupante de esta recesión democrática es la debilidad de los líderes políticos, especialmente los presidentes. Un número significativo de presidentes ha sido condenado por corrupción, lo que ha erosionado su legitimidad ante la ciudadanía y ha llevado a la ruptura de las reglas de reelección.
El efecto COVID-19
La pandemia de COVID-19 ha exacerbado estos problemas, aumentando la insatisfacción con la democracia y generando mayor malestar hacia la política. Los ciudadanos expresan su descontento a través de la alta rotación en el poder y la búsqueda de opciones políticas fuera del espectro tradicional de partidos.
¿Cuáles son las consecuencias de esta recesión?
Esta recesión democrática también ha aumentado el riesgo de populismo y regímenes antidemocráticos en la región. Esto representa un serio obstáculo para la consolidación de las democracias en América Latina, que ha sufrido estancamientos y retrocesos.
En el caso de México, el informe muestra que el país se encuentra entre las naciones en “recesión democrática”. El apoyo al autoritarismo ha aumentado del 22% al 33%, mientras que el apoyo a la democracia ha caído del 43% al 35%. Además, ha crecido la indiferencia hacia el tipo de régimen, oscilando entre democrático y autoritario.
Para superar esta situación, es fundamental fortalecer las instituciones democráticas, combatir la corrupción y fomentar la participación ciudadana en el proceso político. Solo así se podrá reforzar la democracia en la región y evitar caer en un peligroso camino de autoritarismo y populismo. El desafío es complejo y requiere acciones concretas para proteger y fortalecer la democracia en América Latina y México.
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