Latinoamérica

Chile lidera la competitividad económica en Latinoamérica

Chile se consolida como la economía más competitiva de Latinoamérica, según el último Ranking de Competitividad Mundial publicado por el International Institute for Management Development (IMD) de Suiza. Este logro se debe a una notable mejora en la eficiencia gubernamental, posicionando al país en el puesto 44 a nivel mundial, manteniéndose a la cabeza en la región.

Ranking de Competitividad en Latinoamérica

Chile lidera el ranking latinoamericano, seguido por Puerto Rico (49), México (56), Colombia (57), Brasil (62) y Perú (63). En las últimas posiciones se encuentran Argentina y Venezuela, ocupando los lugares 66 y 67, respectivamente. La publicación del IMD destaca que, a pesar de no mostrar un crecimiento significativo, Chile sigue siendo el país más competitivo de la región.

El informe del IMD señala que Chile ha experimentado una leve disminución en su desempeño económico en áreas como el comercio internacional, el empleo y los precios. Sin embargo, ha mejorado en indicadores cruciales como la eficiencia empresarial, la infraestructura del país, el acceso a financiamiento y la infraestructura tecnológica. Estos avances han sido determinantes para mantener a Chile en una posición competitiva destacada.

Desafíos y Recomendaciones para Chile

El IMD advierte a Chile y al presidente Gabriel Boric sobre la necesidad de implementar reformas políticas que mejoren la gobernabilidad, promuevan la inversión mediante la seguridad jurídica, y fomenten la aplicación de nuevas tecnologías junto con la mejora en la calidad de la educación. Arturo Bris, director del Centro de Competitividad Mundial del IMD, subraya que los principales desafíos para la competitividad incluyen la transición a una economía circular y de bajas emisiones de carbono, la integración de mercados emergentes y el ritmo de la transformación digital.

Competitividad de México en el Ranking Global

México se posiciona en el puesto 56, y el IMD resalta la necesidad de mejorar el entorno empresarial, reduciendo la incertidumbre para impulsar el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). Estos ajustes son esenciales para que México pueda escalar posiciones en futuros rankings de competitividad.