De la Ciudad Digital a la Ciudad Inteligente
En el marco del siglo XXI, llamado por algunos especialistas, como el siglo de las Ciudades Digitales e Inteligentes. Siendo la Ciudad Digital a modo global, una comunidad de carácter local, que utiliza las Tecnologías de la Información y Comunicación (Tic´s), unificado, modernizando y optimizando todos los servicios, desde la educación, la seguridad, etc., y promueve cambios en los patrones de producción, consumo y demanda, tendientes a garantizar el equilibrio en todos los ecosistemas vinculados a una ciudad.
Por otra parte, y como resultado de la convergencia de las tendencias mundiales de la urbanización y la informatización, aparece la gestión inteligente para garantizar la competitividad y la sustentabilidad de las ciudades. Lo que da pie, a la llamada Ciudad Inteligente o “Smart City”, algunas de ellas son: Pekín, Barcelona, Nueva York y Shanghái, esta última encabezando la lista más reciente (Juniper Research-22).
Teniendo a Estonia, como país digital pionero, donde los ciudadanos son los únicos propietarios de sus datos “en línea” y donde el gobierno ha declarado que ser plenamente digital, supone un ahorro del 2% de su PIB anual. Dicha nación aspira a compararse con Suiza, pero no en términos de Banca, si no en servicios digitales.
A propósito, de ambos tipos de ciudades, hay un sinfín de definiciones. Sin embargo, en el caso, de las “Smart Cities”, se concuerda en general, que usan la tecnología para eficientar su capacidad de respuesta en cuanto a las demandas ciudadanas, también para transformar positivamente, la vida, el trabajo, la participación de la Ciudadanía Digital, su productividad, los procesos de enseñanza-aprendizaje, dando acceso y facilitando la resolución de problemas con el uso de las Tic´s y con los conocimientos aplicables y replicables que se derivan de ellas.
Considerando las brechas interiores existentes en los países entre las áreas urbanas y/o rurales, se tiende, sobre este tópico, a focalizarse en el análisis sobre dicho prototipo de ciudades, desde el ángulo metropolitano, sobre todo en relación al desarrollo humano y al progreso económico y en regiones en su mayoría desarrolladas y/o en vías de desarrollo.
La Ciudad Inteligente, promoviendo de una forma más profunda el desarrollo integral e inclusivo, ya que considera, aunque indispensable el uso de las tecnologías, también supone considerar como fin último, el bienestar integral de la ciudadanía, lo que, por ejemplo, incluye otros elementos a tomar en cuenta para su funcionabilidad, como es la preocupación medioambiental, de seguridad energética, hídrica, alimentaria, etc. Siendo entonces, para la misma, la tecnología un factor necesario más no suficiente para su logro. Lo que implica un compromiso y una participación multisectorial determinante, a fin de fomentar e impulsar el capital físico, intelectual y social de la ciudad.
Los cambios radicales, sin precedentes, en todos los ámbitos de nuestra vida que hemos sufrido, tras la Pandemia Covid-19, también han influido en las prioridades de las ciudades a ser atendidas. Sobre ello, grandes innovadores e inversores en materia tecnológica, se han pronunciado en distintas vías, como Andy Jassy, que lidera la nube de Amazon, el cual ha declarado su convicción y compromiso de invertir en Inteligencia Artificial y Satélites de Internet, en suma, a otros CEO´S de grandes transnacionales y multinacionales, que tienen el objetivo y determinación también de hacerlo de forma permanente.
En contraste, personalidades como Mark Zuckerberg, han señalado avances que van tomando forma como la tele-transportación o en lo que se refiere al acceso de Internet en zonas vulnerables, vía satelital, por ejemplo, a través de “Starlink”, creada por Elon Musk por medio de su compañía: “Space X”.
Dichas intervenciones y acciones, además de los intereses propios que guardan desde su inventiva hasta su ejecución, buscan entre otras cosas, hacer frente a la Transformación Digital que impera, no cesa, ni se detendrá, a modo de posibles soluciones que faciliten mejorar la calidad de vida de una ciudad, entre otras cosas. En este sentido, ya desde hace algunos años, entidades de gran importancia en cuanto a estudios bien fundamentados con su respectiva “data”, como el “McKinsey Global Institute”, han demostrado evidencia de que las soluciones digitales, podrían mejorar los indicadores de calidad de vida en una ciudad hasta en un 30%.
Por otro lado, se han registrado retrocesos, en países como Japón en materia de desempleo, en un pasado reciente, como resultado de la reducción de inversión en Tic´s, en contraste, países como Italia, han demostrado un avance en empleabilidad, derivado de la inversión en las mismas.
Es así, que el e-Gobierno, la e-Educación, la e-Democracia, el e-Aprendizaje, etc., han ido transformando nuestras mentes, hábitos y vidas. Por ejemplo, en el caso del e- Gobierno, el uso estratégico de las Tic´s, con la transformación que conlleva, sobre su operación y de sus relaciones con otros actores de la sociedad, han arrojado, cifras positivas, en cuanto a que representan mejores gobiernos físicos, como es el caso, de ciudades como: Singapur, Ontario o Manchester. En este contexto, algunos expertos, indican que el puente entre el gobierno tradicional y la gobernación que se produce en las Ciudades Digitales, es el e-Gobierno.
Al respecto del Gobierno, en países como Canadá, resulta definitivo el apoyo del mismo en la construcción y logro de Ciudades Inteligentes, mientras que en E.U.A., la mayor participación sobre ello, queda en manos de la sociedad civil y de las empresas tecnológicas, y en Europa, en los actores políticos.
Partiendo del hecho, de que existe una distancia considerable entre ser una Ciudad Digital y una Inteligente, y que la primera, en general, es punto de partida de la segunda, y de que los avances en las tecnologías digitales han permitido codificar, digitalizar y transmitir actividades en los distintos campos laborales y productivos a nivel mundial (OMC-19). Desencadenando, esta nueva ola de cambios económicos, sociales, políticos, estructurales y de infraestructura, según el caso, y que a menudo se han denominado la “Cuarta Revolución Industrial” (OMC-21). Al respecto, en algunos diagnósticos y análisis recientes, se ha señalado que el sistema mundial, por ejemplo, de comercio interconectado es a la vez vulnerable y resiliente ante la crisis, la cual se derivó de la Pandemia Covid- 19 (OMC-22).
Pero también tras las consecuencias más contemporáneas de la digitalización, además de la vulnerabilidad y resiliencia detectadas, también se han identificado, grandes oportunidades a futuro, en esa y otras áreas; partiendo del hecho de que las plataformas digitales globales, se prevé, se expandan aún más (ONU-20) y en consideración a lo reportado por el “Oxford Labour Index”, que mide la demanda en cinco grandes plataformas digitales, proyectando un fuerte incremento en este sentido (Oxford-22).
Por cierto, en el caso, de América Latina (AL), aún 15 años después de aprobarse su primera Agenda Digital, en materia de digitalización, la región se enfrenta a un mundo nuevo y a un contexto desafiante, como lo declararon la CEPAL-eLAC este año, frente a la exclusión en diversas formas y en distintos niveles de profundidad, presentes, por cierto, en AL y en otras regiones, dichas brechas, emanan de factores estructurales, como la conectividad (acceso, uso, velocidad, etc.), la desinformación, y falta de avance en la transición de la Sociedad de la Información a una Sociedad del Conocimiento, fundamentalmente.
Dicho sea de paso, en AL, Medellín, Buenos Aires y la Ciudad de México, siendo la primera, la ciudad Latinoamericana mejor ubicada en el “Smart City Index- 2020”, son consideradas las Ciudades Inteligentes mejor posicionadas en la región; por otro lado, siendo, Bogotá, Buenos Aires, la Ciudad de México y São Paulo, las ciudades que han despuntado en 2022, como tales, en vías de lograr un mejor desarrollo (CEPAL, Elac-22).
En el presente, las “luchas” geopolíticas sobre esta temática, que en su mayoría se centran en la producción, los estándares y las patentes digitales, han debilitado las acciones basadas en decisiones de Estado, sobre esta nueva tendencia, que se han logrado con la participación multi-sector y con la influencia de las relaciones bilaterales y multilaterales respectivas, etc.
Lo que, sin duda, requiere una mayor disposición coordinada, para el logro de consensos, internacionales, regionales y locales, mejores y más profundos, que se refrenden de forma continua, persistente, para el aprovechamiento en su máximo potencial de las oportunidades que los cambios actuales en los entornos digitales ofrecen, ante la acelerada y continua digitalización mundial y también para el impulso, desarrollo y fomento de más y mejores Ciudades Inteligentes, inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles (ODS.11-ONU), tras las fases de transformación, que surgieron y siguen surgiendo por la Pandemia Covid- 19.
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